La última llamada
Como Blind Spot (2018) y 22 de julio (2018), este thriller danés, sensación de la temporada para festivales y academias de cine varias, ofrece una visión acerba de las sociedades nórdicas; ejemplos teóricos de civilización, pero víctimas en la práctica de un entendimiento del bienestar y la corrección política que impide la percepción de lo más umbrío, genuino, de la naturaleza humana. El protagonista de
The Guilty es Asger, operador telefónico de emergencias que deviene la única esperanza de una mujer secuestrada por su esposo. La acción se desarrolla en tiempo real y en un único escenario, acompañamos siempre a Asger, por lo que su impacto se fía a las sorpresas que puntúan la historia, la sinergia del actor Jakob Cedergren con pantallas de ordenador e interlocutores telefónicos, y el minimalismo de realización y montaje. El fruto de ello es una película amena, correcta, cuya repercusión crítica se explica por la coyuntura gris del cine europeo; en Hollywood se gestan de continuo propuestas similares. Lo más apreciable, como se adelantaba, es su retrato de unas instituciones tan ciegas ante lo real que sus interacciones con la ciudadanía desembocan en ceremonias de hipocresía y equívocos.
Lo mejor:
Las sorpresas no sirven solo al efecto de impactar, también responden a una intención crítica
Lo peor:
La dirección de la película es meramente eficaz, se limita a prestar un andamiaje audiovisual a su guion