Man Up
La estética –y la consiguiente visión del mundo– queer es muy habitual en nuestros escenarios, pero Man Up aporta una interesante vuelta de tuerca. Dos autoras y directoras lesbianas (no me meto en la vida de nadie, esto se explicita en el propio espectáculo) presentan su mirada sobre la masculinidad. Ahora, que nadie que haya pensado más de diez minutos en estas cuestiones tiene la menor idea de lo que pueda significar ser ‘hombre’ o ‘mujer’, el asunto es fuente inagotable de reflexión y, lo que es más placentero, de diversión a chorros. Puestos frente a las paradojas que enfrentan al estereotipo con la realidad y con sus posibles reformas, están servidos la sorpresa, la carcajada y el autoanálisis.
Hay de todo en Man Up. Por momentos es performativa, a ratos comedia y en algún instante estelar (el monólogo de Noemí Díaz, sobre todo, esta mujer es el paradigma de la payasa tierna) drama sentimental. Está todo bien cosido, excelentemente apoyado por una escenografía (Vila Soriano) y un vestuario (Pinillos) pirotécnicos y una base musical seleccionada con esmero. Nadie quedará inmune bajo la catarata de preguntas sin respuesta que se suceden con ritmo de ametralladora, pero me parece que la experiencia puede ser rica y compleja para las parejas heterosexuales. Chicas, llevaos al novio.
Fecha de publicación: 27/12/2019