Con tan solo 21 años, Ezequiel Benítez se convirtió en un nuevo valor del flamenco. Se le puede considerar como un símbolo de los rancios sonidos jerezanos. Además de su buen eco, de su sentido del ritmo, es un apasionado de los clásicos del flamenco. Toca todos los palos y brilla por bulerías, aunque si hay un cante que le hace sobresalir es cuando lo hace por soleá. Sobrellevé es el título del último disco de este cantaor que ha pasado de ser una promesa a una gran realidad.