El Tiempo de Vivir es un presente continuo, confinamiento visto por la Orquesta de Córdoba.
Que un virus podía desconfigurar cualquier sistema informático por muy protegido que estuviese, era cosa sabida y hasta experimentada. Que hubiese un virus que pudiera desconfigurar todo el sistema social, no, al menos hasta unos meses. Los planes, las previsiones, los deseos, las aspiraciones y esperanzas que teníamos quedaron pausadas de futuro, y hemos tenido que aprender que el tiempo de vivir es un presente continuo… Y muy complejo.
Era jueves 12 de marzo de 2020. La Orquesta y la Orquesta Joven de Córdoba, dos orquestas que llevaban semanas preparando por separado los “Cuadros de una exposición” de Mussorgski y la “Sinfonía concertante” de Haydn, habían terminado su ensayo general de la mañana para el concierto de esa misma tarde. A mediodía nos comunicaron el cierre de los teatros y la suspensión indefinida de todos nuestros conciertos. Todos a casa, sí, pero no de brazos cruzados.
No era como suspender o aplazar un concierto -cosa que, afortunadamente, solo nos ha ocurrido dos veces en 25 años-, con su correspondiente cuota de frustración, no. Sentimos por primera vez que el mundo se paraba y nadie sabía qué iba a ocurrir ni al día siguiente.
A pesar de lo común de esta situación inaudita, naturalmente, cada uno afrontó y vivió a su manera ese estado de alarma y suspensión de la vida tal y como la conocíamos. Sentimos la necesidad de los demás. No pasaron muchos días en los que tratamos de reconvertir la situación, y empezamos a aprovechar las redes sociales como único medio posible de seguir en contacto unos con otros. Buscando en nuestros archivos, ampliamos los tabiques de nuestra Galería web para colgar audios, fotos y videos, y publicamos notas diciendo a todo el mundo: “¡Hola! ¡Estamos aquí, seguimos aquí!”. Y el mundo nos dijo que seguía ahí, que también estaba ahí. Y vimos que la música nos seguía uniendo y que era más necesaria que nunca.
Así empezamos a elaborar propuestas de actuación, tratando de cambiar lo que era un problema (no poder tocar juntos) en una oportunidad (la de hacerlo a solas para el público). El primer vídeo que un profesor de la orquesta grabó en su casa nos llegó solo una semana después de iniciar el confinamiento. A ese le han seguido unas 50 grabaciones más. Un estreno cada día, vaya. Orquesta de Córdoba, Ver y Oir
Mientras eso ocurría, la dirección de la orquesta puso en marcha algo insólito, como es el hecho de que cada músico hiciera en su casa “doblete” consigo mismo, interpretando a Béla Bartók. Una serie de 44 dúos que está a punto de concluirse y quedar para siempre como algo único y original, solo posible gracias a la tecnología. Pero como también vimos que no todas las personas las usan, ofrecimos “microconciertos” a través del teléfono. No queríamos dejar a nadie atrás, sin música. LOS DUOS DE BÉLA BARTÓK
Cuando hemos podido salir de casa y reunirnos a ensayar y tocar de nuevo en directo con público, nos hemos puesto manos a la obra. Los conciertos del ciclo “Orquesta y Patrimonio de Córdoba” agotaron sus localidades en cuestión de horas y están siendo un éxito que tenemos intención de grabar para después compartirlo con todo el mundo.
Seguimos construyendo el futuro día a día y el presente con nuestra particular historia hecha de trabajo e ilusiones. Naturalmente, tenemos planes que esperamos poder anunciar en breve y, sobre todo, llevarlos a cabo.
A 25 de junio de 2020, la configuración del sistema aún no se ha reestablecido.
Estefanía Montes Wizner, gerente del Consorcio Orquesta de Córdoba