La Venganza de Don Mendo, obra teatral de Pedro Muñoz Seca, fue estrenada en el Teatro de la Comedia de Madrid, en 1918. Su éxito fue tan grande que hoy en día, es la cuarta obra más representada de todos los tiempos en España, junto con Don Juan Tenorio, Fuenteovejuna y La Vida es Sueño. Es, además, un recorrido por casi todas las métricas y formas estróficas de la poesía castellana. Su excepcionalidad reside en su extraordinaria factura como parodia dramática respecto a la tradición teatral española. La Venganza de Don Mendo es una rocambolesca y disparatada historia de amor y venganza que sintetiza, de manera muy brillante, aquella práctica burlesca que seguirá como sombra jovial a toda revolución literaria, lo mismo a la tragedia neoclásica que al drama romántico; desde el honor calderoniano y la comedia de capa y espada, hasta el polvoriento neohistoricismo modernista de finales del XIX y principios de XX. Y es que Don Mendo, su personaje principal, era también una caricatura que ponía en solfa la escena de su tiempo, cuyo remedo e impostura, llena de ripios, anacronismos y juegos cómicos de personajes, situaciones y lenguajes, está, dentro de un texto que logra, más de cien años después de su exitoso estreno, la carcajada del espectador y constituye todo un clásico del humor. Un texto, que encierra tal suficiencia y sabiduría teatral, dentro de su género de parodia, que resiste, incombustible, la acción corrosiva de los años.
La Venganza de Don Mendo, pertenece al género del astracán, nacido en 1912, un estilo teatral que comienza donde otros terminan, ya que cuando un género comienza a decaer, se entrega a la caricatura de sí mismo, convirtiéndose en una exageración llevada al extremo de los recursos del juguete cómico, dejando de importarle toda lógica y toda verosimilitud; se arroja, desde el primer momento, al frenesí de la exageración y el disparate. Y es que este texto, sin pretender llegar al vanguardismo, ofrece comicidad, llegando a transgredir algunos convencionalismos de la época, como la verosimilitud del teatro realista, el moralismo y el deseo de una comicidad por sí misma, cuya finalidad única, fue, y es, hacer reír al público.
La Venganza de Don Mendo tiene lugar en el siglo XII, durante el reinado de Alfonso VII de Castilla, y nos presenta al caballero castellano Don Mendo Salazar, Marques de Cabra, que se considera burlado cuando descubre que su prometida, Magdalena, se casará con Don Pedro Collado, Duque de Toro. Después de un encuentro funesto, Don Mendo, acaba inculpándose como ladrón y termina encarcelado y condenado a ser emparedado por orden de Magdalena. Su trágico destino se ve alterado por su amigo el Marqués de Moncada, que lo salva del brutal castigo, burlando a la Ley. Don Mendo, amenaza con volver a por Magdalena, pero ya no por amor, sino por venganza.