Que Dios nos pille confesados es una comedia escrita por Alberto Papa-Fragomen y Rodrigo Sopeña, dirigida y protagonizada por Josema Yuste. Esta obra teatral garantiza risas incesantes y está llena de enredos, sospechas, policías, ladrones, romance, estafas y tentaciones. La trama gira en torno al padre Beltrán, quien visita a la marquesa Pilar, propietaria de un valioso cuadro del siglo XVII. Aunque el inspector ha verificado las medidas de seguridad y descarta la posibilidad de un robo, el astuto sacerdote sospecha de las intenciones del fontanero Floren, quien parece estar planeando un atraco. Aunque Floren es conocido por su falta de habilidad, el robo es una tentación que no puede resistir.
En esta comedia, todos los personajes tienen secretos pecaminosos que ocultar y, sin duda, será preferible que… ¡Dios nos pille confesados! La duración aproximada de la obra es de 85 minutos y está recomendada para mayores de 12 años.
Ahora que conoces un poco sobre la trama de esta divertida comedia, vamos a profundizar en algunos aspectos que pueden ser de interés para los espectadores.
El padre Beltrán, interpretado por Josema Yuste, es un personaje astuto y perspicaz. Aunque es un hombre de fe, no duda en investigar las sospechas que tiene sobre Floren, el fontanero. Este personaje, a pesar de su falta de habilidad, se ve tentado por la posibilidad de cometer un robo. Este conflicto es uno de los principales motores de la trama y genera momentos cómicos y llenos de tensión.
La marquesa Pilar, propietaria del valioso cuadro del siglo XVII, también tiene su parte de secretos pecaminosos. Su relación con el padre Beltrán se vuelve complicada cuando él comienza a sospechar de las intenciones de Floren. Esta situación pone a prueba la confianza y la lealtad entre los personajes, generando momentos de intriga y sorpresa.
La presencia de la policía en la obra también añade un componente de suspenso. El inspector encargado de verificar las medidas de seguridad del cuadro descarta la posibilidad de un robo, pero el padre Beltrán no está convencido. Este conflicto entre el sacerdote y la autoridad policial genera momentos de tensión y suspenso, manteniendo al público en vilo.
El romance también tiene su lugar en Que Dios nos pille confesados. A lo largo de la obra, se desarrolla una historia de amor entre dos personajes que tendrán que lidiar con los obstáculos y los secretos que los rodean. Este ingrediente romántico añade un toque de dulzura y emotividad a la comedia, equilibrando los momentos de humor y suspenso.
En resumen, Que Dios nos pille confesados es una comedia llena de enredos, sospechas, policías, ladrones, romance, estafas y tentaciones. Los espectadores serán bendecidos con una obra teatral que les garantiza risas incesantes durante aproximadamente 85 minutos. Aunque está recomendada para mayores de 12 años, su trama y personajes cautivarán a personas de todas las edades. ¡No te pierdas esta divertida comedia que te mantendrá en vilo de principio a fin!