Ya sea a las órdenes de Bruce Springsteen o de Tony Soprano, Little Steven es uno de esos encargados de obra que mientras el jefe se echa una siesta en la garita te hacen el trabajo sucio de la forma más limpia. Ahora estrena Soulfire como jefe de su propia contrata, los Disciples of Soul, y tampoco defrauda. Muy querido como escudero, como baranda, como actor casual –Los Soprano, pero también Lilyhammer– y hasta como locutor de radio en sus emisiones desde el sótano, es un tipo al que hay que ir a ver.