En torno al sugestivo título ‘Vestir la Arquitectura’ va a celebrarse en Burgos, del 19 al 22 de junio, el XXII Congreso Nacional del Comité Español de Historia del Arte (CEHA) que, con carácter bianual y propuestas temáticas monográficas, es organizado por una Universidad.
Exposición: ‘Vestir la Arquitectura’
En esta ocasión es la institución burgalesa, a través de su área de Historia del Arte de la Facultad de Humanidades y Comunicación, la anfitriona bajo la presidencia del Catedrático Dr. René Jesús Payo Hernanz. Desde el primer momento que comenzó a diseñarse la variedad de actos asociados habitualmente a este tipo de eventos se vio la necesidad de convertir tan relevante ocasión en una oportunidad para hacer copartícipe a toda la ciudadanía de esta experiencia académica mediante actividades culturales.
Atendiendo a este presupuesto se consideró adecuado preparar una exposición que recogiera la idea motriz del Congreso y la centrara en el conocimiento de Burgos desde esta perspectiva. Para ello quiso recurrirse, fundamentalmente, al material gráfico –planos, mapas, dibujos, grabados y fotografías- del Archivo Municipal de Burgos como fuente prioritaria en el descubrimiento de la multiplicidad de facetas que el poliédrico concepto “Vestir la Arquitectura” nos permite y, de este modo, poner de manifiesto las ricas posibilidades de un material documental que, también, forma parte del patrimonio colectivo. De ahí que, desde el Instituto Municipal de Cultura, se acogiera muy favorablemente la iniciativa ahora llevada a cabo.
Fue, precisamente, el material expositivo seleccionado el que permitió acotar cronológicamente la muestra entre dos fechas icónicas, 1759-1936, es decir, entre el inicio del reinado de Carlos III y el comienzo de la Guerra Civil, casi 180 años de una permanente y progresiva aceleración histórica, elocuentemente expresada en el Arte, y de la que hoy somos herederos. Dentro de este margen temporal se ha buscado articular un discurso que respetara el carácter integrador implícito en el tema del Congreso, donde todas las artes están presentes, y para facilitar la lectura del mismo ha sido distribuido en tres secciones específicas dedicadas al Urbanismo, la Arquitectura y la configuración de los espacios interiores.
La primera, “La Ciudad, el gran escenario. Hogar y memoria”, plantea el conjunto del marco de convivencia como una obra de arte total en continuo proceso de reelaboración. En este sentido, la recreación espacial a través de ambiciosos proyectos, el protagonismo de la naturaleza y su estrecha relación con quienes habitan la antigua Caput Castellae¸ la permeabilidad de los umbrales en los que entra en contacto el exterior y el interior -el afuera y el adentro-, el amueblamiento urbano con prioritaria atención al hierro o la rica contraposición entre aquellos monumentos que nacen con vocación de permanencia y las obras efímeras de los montajes festivos son los aspectos en los cuales fijar nuestra atención.
Pero todo escenario encuentra y exige un frontis, convertido en referente ante el que actores y espectadores se posicionan e interactúan. Es, en definitiva, “su piel” que admite y precisa, igualmente, importantes cambios para adaptarse a los nuevos tiempos. Esta filosofía subyace en el segundo apartado de la exposición, “Arquitectura, presencia y ornato”, que, enhebrado en un recorrido temporal, establece tres etapas en el desarrollo arquitectónico burgalés con la destacada aportación de arquitectos foráneos. Se parte de las formulaciones iniciales, ligadas al Reformismo Ilustrado, al Neoclasicismo y al Academicismo, para ir transitando, a partir de mediados del siglo XIX, hacia conceptos como el Eclecticismo, los neomedievalismos e, incluso, los ecos modernistas, para, finalmente, a partir de la segunda década de la pasada centuria, bascular entre la tradición y la modernidad que nos conduce hasta la antesala del conflicto bélico.
Por último, la exposición explora el lado más íntimo de la Arquitectura, donde el revestimiento se hace tan inevitable como preciso a la hora de crear ambientes de cuidadas calidades que, más allá de la habitabilidad, la transforman en ámbito de progreso personal y disfrute. Se llega, así, a “Los interiores, un universo secreto” cuyas infinitas posibilidades, según los gustos y las modas, pero también en función de las necesidades representativas, han permitido organizar esta sección atendiendo a las diferencias de carácter y uso de los distintos edificios. En este sentido, las propuestas para aquellos de condición institucional, tanto civil como religiosa, las atractivas realidades paralelas creadas en los teatros, cines y sociedades de recreo, las apuestas de los establecimientos comerciales o el entorno doméstico cerrarán este recorrido por un tiempo y un espacio que han contribuido a determinar el momento que vivimos.
María José Zaparaín Yáñez
Del 1 de junio al 29 de julio