El S. XVI, época de la que vienen los dos protagonistas y el momento actual, en el que vive el público, el S.XXI.
Solano y Ríos, actores condenados a viajar en el tiempo, a reaparecer en cualquier teatro, en cualquier momento para volver a representar su repertorio, son la esencia misma del teatro. Su pervivencia, su tenacidad, su necesidad de público, su capacidad para conmover, para emocionar o hacer reir, es lo que realmente da sentido a esa estraña relación que se produce entre eses seres anónimos que se sientan en la sala a observar a los protagonistas del drama.
Provistos de un arcón donde guardan su escaso aparejo teatral, como corresponde a su condición, los dos van desgranando todo su arte y recordando sus andanzas, estableciendo una relación de necesidad con ese ser anónimo que permanece en la sala y que, aparentemente, sólo mira y escucha.
Solano y Ríos son carne de la carne y sangre de sangre del público. Ante sus ojos son felices, infelices, descarados, inseguros, tímidos, artistas, pícaros, tiernos. Su miedo y su alegría son también la de los espectadores. Su existencia depende de su atención, su pervivencia de su memoria.
Ñaque es, pues, una obra plenamente contemporánea, a pesar de su aparente tema clásico.
Lugar: Bar Liceum en O Porriño
Ramón gonzález, 16 Porriño