La Colección Gerstenmaier se ocupa, en una de sus secciones más relevantes, de un período esencial del arte español: el siglo XIX, entendido no tanto en su sentido cronológico estricto, caracterizado por una sucesión de episodios históricos y sus consecuentes testimonios plásticos, sino precisamente por aquello que lo aleja de lo «decimonónico», y, antes bien, acerca su arte a la modernidad, hasta convertirse en el verdadero pilar de la vanguardia.
Es en «ese tipo de siglo XIX» en el que Gerstenmaier pone sus ojos de manera preferente. No es extraño, por tanto, que muchos de los autores representados, nacidos entre 1817 y 1898, hayan desarrollado su carrera a caballo de los dos siglos, y que bastantes de sus obras se fechen en las primeras décadas del siglo XX.
Historia, experimentación, descubrimiento y modernización son los cuatro términos que resumen gran parte de lo que fue el arte español entre la segunda mitad del siglo XIX y su prolongación natural hasta la década de los cincuenta del siglo XX.
A partir de 1830 el Romanticismo pujante en Europa se abre paso en España al descubrir las enormes posibilidades plásticas de un país exótico, con Jenaro Pérez Villaamil a la cabeza. El azaroso discurrir del siglo XIX español, con esa permanente sensación de zozobra que provocaba el estrépito del definitivo derrumbe del imperio español, quiso agarrarse también al consuelo de la gloria impostada: entre los artistas entroncados en la pintura de historia figura Francisco Pradilla. Pero ningún género puede explicar mejor el cambio operado en la pintura del siglo XIX que el paisaje: de la visión objetiva del documentalista se fue pasando a apreciar los cambios y los matices, de la exactitud orográfica a los efectos de la luz, de la frialdad descriptiva a la emoción expresiva. De ese tránsito, de esa necesidad de comunicar sentimientos a través de la representación de la naturaleza en estado puro, fue pionero Carlos de Haes, seguido después por su discípulo Agustín Riancho, Antonio Muñoz Degrain y Francisco Domingo Marqués, entre otros.
La exposición de Cultural Cordón se detiene también el espíritu noventayochista del cambio de siglo, representado por Darío de Regoyos, Ignacio Zuloaga y José Gutiérrez Solana. Y la tensión entre modernidad y clasicismo está encarnada por autores como Beruete, Canals, Fortuny y Anglada Camarasa.
Cierran la muestra el impresionismo de Sorolla y el nuevo lenguaje de las vanguardias, representadas por el surrealismo de Benjamín Palencia y autores de la Escuela de París como Ismael González de la Serna y Ginés Parra.
Visitas: de martes a sábados de 12 a 14 y de 18 a 21 h. Domingos de 12 a 14 h.
Visitas guiadas: martes y jueves, 20 h. Visitas concertadas: 947 256 550
Lugar: Casa del Cordón – Caja de Burgos
Plaza de la Libertad, 09004, Burgos