El Luckia Casino Bilbao abre sus puertas en la Plaza Campuzano, dejando atrás la antigua ubicación en Alameda Urquijo.
A finales del siglo XIX y principios del XX, Artxanda, en Bilbao, experimentó su apogeo, dando forma a un entorno vibrante que albergaba diversos txakolis y un imponente edificio con vistas panorámicas a la villa. Este majestuoso edificio, diseñado por Pedro Guimón Eguiguren, vio la luz en 1915, ubicándose a escasos metros de un recién construido funicular, que también se inauguró en ese mismo año.
El casino que ocupaba este destacado lugar no era solo un espacio de juego; era un epicentro de la vida social y cultural. Dotado con una pista de baile, amplios salones, galerías acristaladas, restaurante y rodeado por una imponente escalera, el casino se convirtió en escenario de celebraciones, banquetes, conmemoraciones e incluso exhibiciones de deportes de salón. Sin embargo, el esplendor de este enclave histórico se vio truncado por los estragos de la Guerra Civil, que dejaron su huella devastadora.
No sería hasta finales del siglo XX cuando el azar retornó a Bilbao, marcando el renacer del «pájaro del azar». Bajo la denominación de Luckia Casino Bilbao, encontró su primera morada en los bajos de la Sociedad Bilbaina entre 1996 y 2011.
Posteriormente, se trasladó a Alameda Urquijo, ocupando el espacio previamente dominado por el Coliseo Albia de 2011 a 2023. Actualmente, el casino ha encontrado su hogar en la plaza Campuzano, en el mismo lugar que, hasta hace poco, albergaba a Forum Sport. Esta travesía a lo largo de diferentes ubicaciones no solo simboliza una evolución geográfica, sino también la adaptación del casino a las transformaciones de Bilbao, fusionando la tradición con la modernidad en cada etapa de su historia.
