Una entrevista de Alba Martín
→Tras haber estado durante todo el confinamiento en los televisores de todo el Estado informando sobre las últimas novedades, Mónica Carrillo presenta su última novela titulada La vida desnuda, que, además, ha sido premiada. En ella, Gala, la protagonista, muestra a los lectores la existencia una vida pública, una privada y una secreta
Antes de nada, quiero darte la enhorabuena por La vida desnuda y por el Premio Azorín de Novela que se te otorgó en marzo. Me imagino que habrá sido extraño recibirlo en pleno confinamiento.
Sí. Lo recibí el 5 de marzo. Imagínate todo lo que ha venido después. Solo unos días después ya se decretó el estado de alarma que nos dejó a todos confinados. Además, la novela ni siquiera llegó a imprenta. Ella también se quedó confinada, pero finalmente llegó a las librerías el 9 de junio.
Con tus novelas anteriores no nos encontrábamos en una situación inédita como esta. ¿Cómo has vivido todo el proceso de publicación durante estos meses?
Ha sido muy novedoso por todo. Para empezar, era la primera vez que me presentaba a un premio y la primera vez que lo he recibido, claro. Con lo cual, el hecho de que sea una novela premiada, para mí ya era otro contexto. Luego, con todo lo que ha venido, he esperado a que se recuperara cierta normalidad para que viera la luz. También me he centrado en mi trabajo como periodista. Por lo tanto, dentro de todo lo extraño que era todo, me parece normal que la novela se quedara en un segundo plano en ese momento.
¿Y cómo está siendo realizar la promoción a distancia?
Lo llevo muy bien, pero, me hubiera gustado poder hacer esa gira que estaba prevista y tener un encuentro con los periodistas y con los lectores en las firmas. Eso es muy bonito, pero hay que adecuarse a los nuevos tiempos. Ahora toca esto. Por lo menos, hoy en día tenemos muchas vías para comunicarnos.
El título de la novela sugiere muchas interpretaciones. ¿Qué significa para ti?
La vida desnuda es la vida misma con todas esas facetas que nos componen y que hacen que nos quedemos totalmente desnudos cuando vamos quitando esos velos. Compone todo lo que somos con esa parte pública, esa parte privada y esa parte secreta que solo contamos a algunas personas, si es que lo hacemos alguna vez.
Hablas de la vida pública, la privada y la secreta. ¿De cuál de las tres hay más en ti?
Inevitablemente, por ser un rostro conocido hay una parte pública muy amplificada. El hecho de llevar 20 años trabajando en televisión, ser una cara conocida, tener una parte de mí en redes sociales… hay una repercusión, pero no por ello dejo de tener las otras dos. Nos pasa a todos. Tenemos esas líneas que se van moviendo y que se amplifican en redes sociales, pero, aún así, seguimos teniendo nuestra parte privada, la que compartimos con nuestro círculo íntimo, y también tenemos esos recovecos que son secretos.
Gala, la protagonista, también asegura que nadie escapa de esas tres capas de la vida. Además, ella comienza la historia asegurando que ha matado a su abuelo.
Sí, “la culpa me pesa desde el día que maté a mi abuelo”. Aquí hay dos cuestiones clave. Una es un secreto: la muerte del abuelo. La otra es la culpabilidad. Este es un rasgo que marca a la protagonista durante toda su vida. Es un hecho concreto que hace que ella arrastre ese lastre que es la culpabilidad y también que forje ese carácter que tiene en el que nunca puede relajarse por completo. Ella siempre está pensando en las cosas que está dejando de hacer o las que podría haber hecho mejor. Es una autoexigencia llevada al extremo en la que siempre está presente la culpa.