El pasado domingo 20 de septiembre, la majestuosa Sala Mozart del Auditorio de Zaragoza se transformaba en la esencia de un magnífico plató de cine. Y un cine muy especial, el aragonés, porque el que nace y se crea en nuestra tierra siempre respira cariño, arte y profesionalidad. La academia de Cine Aragonés concedía los premios Simón en su gala número IX.
Fue una noche de emociones no contenidas. La ceremonia ya había sufrido un cambio de fecha importante, cuando esta nueva realidad del año 2020 trastocó nuestras vidas, los proyectos, los rodajes y la misma entrega de premios, que afortunadamente pudo llevarse a cabo. Las palabras del presidente de la Academia, Jesús Marco, reforzaban el sentido de la idea del cine aragonés como denominación de origen, motivo central éste que predominaría en cada uno de los galardones recogidos por los premiados, un total de diecisiete estatuillas, símbolo de la inmortal obra de Luis Buñuel.
El palmarés de esta edición de los premios Simón recoge diversos nombres, no existe un predominio y se reparte entre diferentes trabajos, todos brillantes y de calidad indiscutible. ‘Planeta 5000’ de Carlos Val, con José Ángel Delgado su productor, como mejor largometraje, junto con la distinción de sonido. ‘Leonardo muere’ de José Luis Galar con los premios técnicos, maquillaje, vestuario y dirección de arte. ‘Gastos incluidos’ de Javier Macipe galardonado con los de mejor guión y cortometraje. Natalia Moreno a la mejor dirección por ‘Ara Malikian. Una vida entre las cuerdas’ y Gaizka Urresti al mejor documental por ‘Aute retrato’. También recogían el Simón, La Ronda de Boltaña por la mejor banda sonora en ‘Mermelada de moras’ de Jorge Andolz, Mónica Callejo a la contribución social por ‘Ésta no soy yo (Autorretrato de una anoréxica)’, y los actores Alfonso Desentre en ‘Intimidad’ y Carmen Barrantes en ‘Cardelinas’.
Pero sin duda alguna, el momento más importante llegó con la entrega del premio Simón de honor a Luisa Gavasa, actriz referente, de carácter, elegante y polifacética. Como decíamos, la noche resultó emotiva, esperanzadora y valiente. De Aragón y de cine.
José Luis Arribas