Del 7 de abril al 15 de octubre el Centre Pompidou Málaga presenta la exposición ‘Un Tiempo Propio. Liberarse de las ataduras de lo cotidiano’. La muestra nace por el confinamiento vivido durante la pandemia en 2020, en el que nuestras vidas se vieron afectadas por las restricciones impuestas por la situación sanitaria. Como en cualquier otra ciudad, las calles de Málaga y París se quedaron desiertas y las instalaciones culturales cerraron sus puertas.
El frenesí de la vida urbana contemporánea fue reemplazado por la calma y el silencio. El confinamiento nos llevó a un aislamiento y a una reflexión interior, lo que nos obligó a enfrentarnos a nosotros mismos y replantear nuestra relación con el tiempo. Basándonos en esta experiencia compartida, el Centre Pompidou Málaga ha propuesto una exposición semipermanente de las colecciones del Musée national d’art moderne del Centre Pompidou-París.
Un Tiempo Propio en el Centre Pompidou Málaga
La exposición ‘Un Tiempo Propio. Liberarse de las ataduras de lo cotidiano’ está dividida en seis capítulos: Tiempo de ocio, Tiempo de las vacaciones, Tiempo de la introspección, Tiempo de los intersticios, Tiempo interior y, por último, Tiempo de la confrontación.
Comienza con una visión literal del tiempo del ocio y las vacaciones y evoluciona hacia una perspectiva más íntima, onírica y sensorial. Se propone una muestra alegre y ligera que invita a la reflexión sobre temas sugeridos por obras de arte polisémicas. Se presenta una contraposición entre el tiempo medido y impuesto que define nuestra cotidianidad y el tiempo interior y personal, el cual es flexible, fluido y cambiante.
La experiencia del tiempo propio puede ser experimentada de diversas maneras y ofrece múltiples niveles de interpretación. El ocio, la sociabilidad y las vacaciones son elementos importantes en nuestras vidas, aunque también pueden reflejar ambigüedades sociales. Tomarse el tiempo para uno mismo implica dejar vagar la mente entre dos estados, como el sueño o el aburrimiento, lo que puede abrir la puerta a nuevas posibilidades.
Estos momentos alejados de la vida cotidiana son propicios para la evasión y la exploración del mundo interior, donde los sueños y los recuerdos se entremezclan. Al salir de este estado, podemos sentirnos extraños y desorientados, pero nuestra sensibilidad renovada nos permite ver nuevas formas de reanudar nuestra realidad.