El cantante, compositor y guitarrista catalán es definitivamente un “natural” del género. Sus canciones de pop-rock se impregnan de sensibilidad y fuerza, bebiendo de su propio historial en bandas como The Blues Boys o Marionetas, para construir un proyecto propio donde arrojar toda su luz en solitario. Así, el pasado año lanzaba las versiones acústicas de Cuando Todo Empezó a Arder y Echar a Volar (acompañado de María Jacobs) como transición entre su álbum debut Luces de Ciudad (2019) y los últimos trabajos publicados, los singles Punto de Partida, Dispara y Una vez más, hasta llegar a este nuevo álbum “Modo Bucle”.
Gerard Martín deja patente su huella, no sólo en las construcciones líricas sino en las propias armonías y la instrumentación escogida para sus temas, que brillan por su sencillez y referencia clásica de grandes como Leiva, M-Clan o Quique González: ligeros acordes de piano, una voz limpia populando las canciones junto a los armónicos coros y las diferentes guitarras que generan múltiples capas de sonidos orgánicos, para transportarnos hasta donde Gerard Martín sólo sabe llevarnos.
Y así, efectivamente, nos acerca hasta su último lanzamiento en clave de disco, “Modo Bucle”. Un álbum que nos transmite ese sentimiento de añoranza emocional que generan las distancias entre personas que queremos, nos habla del cariño, del amor, del desamor y de las vueltas que le damos a todas las cosas que nos suceden, hasta llegar a quedarse en bucle.