Hay una pequeña pero definida diferencia entre una banda que está influenciada por una época y otra que la copia. Es fácil encontrarse conciertos en lugares oscuros bañados de cerveza a muchas bandas de punk que una tras otra intentan, y fracasan, recrear el trabajo de bandas como The Replacements, Husker Dü o Babes in Toyland.
La mayoría se presenta como una especie de banda tributo, imitando a sus bandas favoritas con la esperanza de que puedan convertirse en Ian MacKaye o Courtney Love de la generación actual, solo para lanzar un producto muy inferior a lo que les precedió. Muy rara vez aparece una banda que no solo suena como sus héroes, sino que se siente como ellos, lanzando un álbum que aparentemente podría colocarse en el mismo estante en una colección de discos con esos actos legendarios de antaño. El dúo de hermanastras de Oklahoma, Skating Polly, hizo precisamente eso en su cuarto disco, The Big Fit.
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