Concebida como una reflexión sobre las guerras, Viriato cuenta la historia de un caudillo lusitano que se ganó un premio a la misericordia al perdonarle la vida al general romano Serviliano y a sus hombres a cambio de firmar un tratado de paz. Cuando parece que Lusitania pasa por un periodo de tranquilidad, Cepión (el nuevo cónsul romano) no parece dispuesto a consentir que un bárbaro se enorgullezca de haber obligado a Roma a firmar un tratado. Todo cambia cuando el propio Cepión se empeña en demostrar que no hay figura lo suficientemente simbólica que Roma no pueda doblegar, aunque esa figura sea Viriato.