Un roble, de Tim Crouch, es toda una experiencia escénica para dos actores, traducida e interpretada por Luis Sorolla y dirigida por Carlos Tuñón. Por un lado, un hipnotizador que ha perdido su capacidad de sugestionar, y por el otro, un padre perdido y atravesado por la muerte de su hija. Sorolla comenta: "La obra habla del poder de la imaginación cuando nos enfrentamos a una gran pérdida. No pretende eliminar la distancia entre realidad y ficción, sino que pone el foco en esa distancia. Muestra cómo, gracias a la imaginación, solo con nombrar algo, ese algo se construye y transformamos la realidad, empatizando y emocionándonos con algo que sabemos que no es real".