Próximo
Al espectador esto puede –y debe- importarle un bledo, pero es imposible no destacar que Próximoes un alarde de técnica interpretativa y de dirección. Como en otros montajes de Tolcachir, la compresión de lo que está sucediendo se toma su tiempo. Dos jóvenes enamorados llevan adelante una relación con miles de kilómetros por medio, de manera que durante toda la función se hablan –tecnología mediante- sin estar nunca en el mismo lugar, sin tocarse nunca, deambulando por el escenario y utilizando los mismos objetos, mientras entendemos sin problema que aquello que primero toca uno y luego el otro figura cosas que están en continentes distintos. Está tan perfectamente resuelto que uno puede no reparar en la enorme dificultad que el planteamiento presentaba a priori.
Este teatro de sentimientos es presentado por Tolcachir con el deslumbrante naturalismo propio del sello Timbre 4, su sala de Buenos Aires. Uno de los personajes, como en casi todas las parejas, da más, es más vulnerable, está en peor situación. El abanico de emociones, las vibraciones del alma, el menor de los movimientos de su espíritu, se reflejan espléndidos en el rostro y en toda la gestualidad corporal de ese descomunal intérprete que es Perotti. Sin desdoro para Santi Marín, que no le va a la zaga.