Desde que le regalaron su primera guitarra a los tres años, Tash Sultana y la música han sido una misma cosa. Cantante prodigiosa, compositora y multi-instrumentalista autodidacta capaz de tocar hasta veinte instrumentos, posee además un inconmensurable talento para el beatboxing. Tras pasar una dura adolescencia con algún trastorno sicológico -del que salió, claro, con musicoterapia-, llamó la atención en 2016 con una serie de videos en YouTube grabados en su propia casa: lo que viene siendo un fenómeno viral. Su primer EP, Notion, sobrepasó los 200 millones de streams, consiguió el disco de oro, copó las listas de reproducciones en varios países y comenzó a girar agotando las entradas allí por dónde pasaba. Ha actuado en salas de pequeño y medio formato y en festivales de la talla del Coachella o Lollapalooza. Su debut con un LP se llama Flow State, un trabajo en el que despliega todo su virtuosismo vocal e instrumental