Danesa, a medio camino entre Tori Amos y Joana Newson, aunque con una aproximación más cotidiana a las canciones, con menos artificio, más sencillez, más hondura a veces; Agnes Obel es un buen ejemplo del amplio espectro y de la libertad que abarca el pop hecho por mujeres en la última década. Su disco de debut, Philharmonics, funcionó bastante bien en casi toda Europa. Aventine la consolidó en el mercado internacional y ahora regresa con Citizen of Glass.