Las había cotillas, gruñonas, sordas, asesinas de balones, cegatonas, viuda de militares, solteronas, rancias, feas y viejas. Tener una portera era signo de buena casa. Carmen Confía es la historia de una vieja portera, profesión en vías de extinción. Nos va mostrando su vida desde el hueco de la escalera, realidad aparentemente alejada pero viva en nuestra memoria colectiva. Ella como tantas personas de su edad es testigo vivo del siglo XX. Sin querer nos da una lección de historia natural. Inmersa en la vida de los demás no se da cuenta que la suya no ha hecho mas que empezar, por eso al final habrá sorpresa.