El próximo 10 de junio se cumplirán 15 años del fallecimiento en Beverly Hills de Ray Charles Robinson, conocido simplemente por sus dos nombres de pila. Ray Charles disfrutó de 73 años de una vida muy intensa, plagada de altos y bajos, que en lo profesional sólo puede medirse en éxito.
Ray Charles y la música
A los 5 años empezó a perder la visión a causa del glaucoma, y a los 7 era completamente ciego. Sin embargo, con 10 años de edad era capaz de tocar música clásica al piano. Tuvo que aprender a tocar a base de tesón; tocaba con la mano izquierda mientras leía la partitura con la derecha, y luego repetía cambiando la izquierda a la partitura y la derecha al piano hasta que memorizaba la secuencia completa.
Dicen que fue Frank Sinatra el que le apodó “El Genio”, un mote que le acompañó por el resto de sus días. Gracias a su talento, personalidad propia y buen oído, podía convertir en oro cualquier cosa que tocase. Se le reconoce por su eclecticismo hasta el punto de trascender géneros –y barreras sociales- y convertirse en un icono absoluto de la música popular americana. Ray Charles era un tipo capaz de convertir en éxito una canción dedicada al blackjack, una de sus grandes aficiones, o de hacer de su aparición en los Blues Brothers uno de los momentos más memorables de la película que John Landis dirigió en 1980.
No importaba si eran versiones como este “Shake A Tail Feather”, original de los The Five Du-Tones del recientemente fallecido Andre Williams, o como “Georgia On My Mind”, seguramente el tema que más le identifica; o si se trataba de canciones propias, como la mencionada “Blackjack” o la archiconocida “Hit the Road Jack!”. Con Ray Charles la música adquiría una nueva dimensión.
En los años 50, de la mano del mítico sello Atlantic Records, fue pionero del soul al combinar en su música elementos del rhythm & blues, el góspel y el blues. Ya en los 60, cambiaría a ABC Records para tener un mayor control sobre su carrera. Es durante esta época cuando publica el que está considerado por muchos críticos como su mejor álbum de estudio.
Modern Sounds in Country and Western Music
En 1962, cuando se publican los discos Modern Sounds in Country and Western Music Vol. I & II, Ray Charles era una figura reconocida dentro del género de la música negra. Pese a las reticencias de la discográfica, que pensaba que le haría perder fans, decide hacer entonces un disco de versiones con algunos de los temas más populares del country.
Debemos entender que, en el momento en que apareció el disco, Estados Unidos empezaba a vivir una auténtica revolución que buscaba acabar con décadas de segregación y discriminación. El movimiento del músico de Georgia no es fruto de la casualidad; desde el mismo título del disco, “sonidos modernos en la música country y del oeste”, se trata una clara declaración de intenciones.
El disco fue un éxito rotundo que situó a Ray Charles en la onda del mainstream americano, le ayudó a sonar en emisoras de pop y country donde antes no tenía cabida, y le dio más visibilidad en la escena del soul y el rhythm & blues.
Uno de los grandes aciertos del disco es la selección de los temas elegidos para que Charles les pasase su filtro personal. El encargado de seleccionar las canciones, junto con el propio músico, fue el productor del disco, Sid Feller.
La lista de canciones incluye temas muy populares de la cultura americana, que ya habían sido grandes éxitos en las últimas décadas.
El ejemplo perfecto de lo que Ray Charles pretende con este disco está en la popular “You Are My Sunshine”, una canción escrita en los años 30 se cree que por Oliver Hood. El tema que hizo famoso el músico y político de Lousiana Jimmie Davis, poco tiene que ver con la versión de Charles.
Tanto el álbum como el single que lo abre, “I Can’t Stop Loving You”, fueron disco de oro en EE.UU. con más de medio millón de copias de cada uno vendidas en ese país.
En 2019, cuando se cumplen 34 años de otro de los momentos más recordados de la carrera de Ray Charles -su participación en el “We Are The World”– y 57 años después del lanzamiento original, la discográfica Concord Records reedita los dos volúmenes de Modern Sounds in Country and Western Music en formato vinilo, CD y digital. Un disco que sigue siendo un trabajo único y original cuya trascendencia va más allá de la música.