Este contenido forma parte del número 1070 de La Ría del Ocio, publicado el 2 de diciembre de 2021
Arturo Trueba
El público de San Mamés y los seguidores en general vieron en la catedral más que atascado a su equipo frente al Granada, de nuevo. Ya antes habían sufrido la falta de capacidad para doblegar al Levante o el Cádiz. Se le pide al entrenador Marcelino que haga cambios, cuando hasta hace poco se le cuestionaba que cambiara demasiado, como sucedió en la derrota frente al Cádiz, y que era mejor tener una alineación de la que se sabe de memoria el aficionado. Después se le acusó de inmovilista y de doblegarse ante las vacas sagradas del vestuario. Contra el Granada apuesta en la alineación inicial por Nico Williams, que sustituyó a su hermano mayor, al que habían atizado bien en las redes y en los medios. Pero el equipo minimizó pérdidas cuando iba perdiendo con la entrada precisamente de Iñaki Williams, que sustituyó a Sancet, la otra novedad. Zarraga sustituyó, por otra parte, al intocable Dani García que había sido protagonista negativo en los dos goles encajados y por su escasa aportación ofensiva, algo esto último que no sorprende.
Poco a poco se va produciendo un salto generacional tan esperado como deseado, y eso que uno de los mejores fue Raúl García y que el denostado Muniain participó decisivamente en tres goles, los propios y uno de los ajenos con una pérdida determinante en un gilicorner. Por cierto, que esa a veces suicida jugada forma parte de la estrategia rojiblanca, limitada por la escasa envergadura del equipo y de la plantilla en general. La esperanza radica por lo visto en los detalles de los Nicos, la necesaria consolidación de Ohian Sancet, la irrupción creativa de Zarraga, la vuelta del ostracismo de Morcillo, la recuperación de Vivian o Villalibre y, más a largo plazo, las posibles aportaciones ofensivas desde el Bilbao Athletic de Artola o Urain, mientras se va estirando el chicle de los veteranos y se espera una mejor versión de Berenguer, por ejemplo.
DOBLETE DE SEVILLANOS Y EL REAL MADRID
Los cinco últimos partidos del año suponen enfrentamientos del Athletic contra equipos de dos ciudades: Madrid y Sevilla. No son retos fáciles, más bien todo lo contrario visto el nivel de esos equipos y su estado de forma. El del Real Madrid, insultante tras unos inicios titubeantes, pero al que las alteraciones en el calendario le han beneficiado más que al Athletic, por lo visto hasta la víspera del doble duelo. Es el más difícil todavía, como se diría en el circo, si sumamos los partidos contra el Sevilla y el Betis, ambos en plan europeo, con la visita por medio a Getafe en pleno puente de diciembre. Pero este equipo de Marcelino resulta un tanto impredecible al pifiarla con los equipos de abajo y que suele mostrar una mejor cara frente a los de la zona noble de la clasificación. ¡A ver como acaba el año!
