El Teatro Arriaga continúa la programación especial que protagonizan artistas locales. Esta semana es el turno de tres propuestas muy distintas: un espectáculo de danza, un concierto y un recital poético.
Mañana martes, 7 de julio, será el turno de la bailarina y coreógrafa Lucía Lacarra, una de nuestras artistas más internacionales. Lacarra volverá a sentir de nuevo la emoción del directo, pero esta vez acompañada por Matthew Golding, otro bailarín y coreógrafo de gran prestigio. Juntos ofrecerán Reencuentro en danza, un espectáculo que integra distintas piezas, conjugando músicas de Tchaikovski o Vivaldi, entre otros, con coreografías de Petipa o Edwaard Liang. Además, el espectáculo cuenta con la interpretación musical en directo de Bilbao Sinfonietta.
El miércoles, 8 de julio, la propuesta musical es de primer nivel. No lo decimos en vano, ya que se trata de interpretar a Vivaldi, uno de los compositores más importantes de toda la historia de la música. El ensamble barroco Passamezzo Antico se encarga de la dirección musical del espectáculo, y su elegante interpretación ofrece el colchón perfecto para las voces de los jóvenes cantantes Jone Martínez (soprano) y Maite Maruri (mezzosoprano). Estas dos jóvenes cantantes, envueltas en las cuerdas de los instrumentos, nos guían en un viaje que nos cita con el amor, la sensualidad y la gloria. Además, Calixto Bieito aporta su visión escénica y estética para construir un espectáculo musical de gran belleza, producido por el Teatro Arriaga.
También es producción del Teatro Arriaga y cuenta con la dirección de Calixto Bieito el último evento de la semana. Se trata de Gabriel Arestiren etxean defendituko dut, un espectáculo poético a cuatro voces dedicado al gran autor bilbaino Gabriel Aresti. Este recital, que será interpretado en euskera y castellano, ofrece un recorrido por la geografía emocional del poeta, con su tiempo y sus circunstancias. Un viaje que parte desde su Bilbao sin estereotipos y recoge la influencia de las grandes corrientes del pensamiento europeo del siglo XX. Esta cantata sin música, cantata de palabras, seca, a cuatro voces, transita por su poesía esculpida en tierra, asfalto, naturaleza, amor y decepción, anhelos y frustraciones. A través de sus palabras se detalla al hombre y al poeta. La interpretación corre a cargo de Miren Gaztañaga, Itxaso Quintana, Mikel Losada y Gabriel Ocina.