Con un trepidante ritmo, el público asiste a un desfile de los dramas que le invaden cada día: preferentes, corrupción o la decisión de preservar la prisión de Guantánamo. Todo ello se reviste de parodia ácida con «toques de absurdo», conformando un mosaico de sketches de menos de 10 minutos, entre los que se cuela una pieza sobre el probador de alimentos del Papa.
En el sonido es otra de las peculiaridades de la obra, ya que carece de música. Se silba, tararea, canta o se introducen voces de ministros diciendo barbaridades.
Lugar: Sala Artika
Avenida Beiramar 113, Vigo