Hasta el 21 de mayo de 2017
SALA MUNICIPAL DE EXPOSICIONES DE LA CASA REVILLA. (C/ Torrecilla 5. Tfno: 983.426246)
Los libros con elementos mecánicos de papel tienen más de siete siglos de existencia. En sus inicios, estuvieron vinculados a disciplinas como la astronomía o la anatomía, pero a finales del siglo XVIII, alguien pensó que estos formatos bibliográficos poco convencionales también podrían desempeñar una función lúdica. Un siglo más tarde, en plena época victoriana, se editaron los que hoy en día siguen considerándose como los más bellos ejemplares de libros desplegables jamás impresos. Estos pop-ups, si utilizamos el término anglosajón que ya se ha impuesto a nivel mundial, recogían a menudo entre sus páginas los cuentos clásicos.
Los libros seleccionados para esta exposición ilustran diez de los más conocidos relatos de la literatura infantil. Algunos son obras de autor, como Pinocho, Alicia en el País de las Maravillas o Peter Pan, firmados respectivamente por Carlo Collodi, Lewis Carroll y James M. Barrie; pero en otros casos se trata de relatos recogidos de la tradición popular, con diversa procedencia en cuanto a lugar y época. Muchos de estos cuentos clásicos, como Caperucita Roja, Cenicienta, La Bella Durmiente y El gato con botas, fueron recopilados, conservando su crudeza medieval, por Charles Perrault en el siglo XVII. Sin embargo, han llegado a nuestros días tamizados por las versiones realizadas en el siglo XIX para las clases sociales pudientes por los hermanos Grimm, quienes añadieron a su colección otros títulos como Blancanieves y Hänsel y Gretel. Una tercera vuelta de tuerca en el argumento de estos relatos inmortales la dio Walt Disney en el siglo XX con sus maravillosas adaptaciones para el cine familiar.
Pero en esta muestra, no sólo se ha mirado a Europa, y se ha introducido uno de los más populares cuentos orientales: Aladino, que fue añadido, a principios del siglo XVIII, a la compilación de relatos árabes conocida como Las mil y una noches, en la ciudad de Alepo, hoy tan tristemente de actualidad.
A lo largo de esta exposición, entre pliegues, solapas y ventanas de papel, podemos disfrutar de diferentes versiones de estos diez relatos, pudiendo comparar los cambios estilísticos según la fecha de edición y el personal estilo de ilustradores e “ingenieros de papel” como Ernest Nister y Raphael Tuck a finales del siglo XIX o, en época actual, Matthew Reinhast y Robert Sabuda, sin olvidar al resto de nombres que, durante el siglo XX, han escrito con sus recortes, la historia de los libros pop-up, como Harold Lentz, Julian Wehr o Vojtech Kubasta, entre otros.
La presentación de estas delicadas esculturas de papel, auténticas máquinas articuladas que recobran el formato bidimensional cuando se cierra el libro, va acompañada de sucintos textos en los que se explica el origen da cada uno de estos diez cuentos. Seguramente muchos visitantes descubrirán en esta muestra bibliográfica algunas curiosidades que desconocían, como que la Cenicienta tiene su origen en la China medieval o que el relato original de Caperucita incluía un episodio de antropofagia. También descubriremos que Collodi se apellidaba en realizada Lorenzini y tomó prestado el nombre de un pueblecito toscano donde veraneaba o que Aladino nunca tuvo alfombra mágica hasta que Disney se la tomó prestada al Ladrón de Bagdad…Les invitamos a recorrer esta exposición de “cuento de hadas” sobre cuentos de hadas, donde sólo pueden entrar los niños de hasta 99 años.