La Capilla de los Condes de Fuensaldaña del Museo Patio Herreriano acoge cuatro gigantescas esculturas del artista gallego Francisco Leiro, uno de los creadores que contribuyó a la revolución del arte español en los años ochenta, en plena euforia por la joven democracia, junto con otros como Ferrán García Sevilla, Juan Muñoz, Manolo Quejido, Susana Solano, Juan Uslé y Miquel Barceló.
La obra de Leiro apareció en un clima dominado por las ideas de la Transvanguardia italiana y el Neoexpresionismo alemán, aunque existe un conjunto de relaciones mucho más complejo que incluiría el Surrealismo, el Manierismo gallego, la escultura románica, la tradición policromática; así como el impacto del arte popular y de escultores europeos contemporáneos.