Un halo de misterio rodea siempre a esta leyenda de transmisión oral que documentaron por primera vez los Hermanos Grimm y que tal vez tenga su origen en un hecho real. El final cambia según la versión: a veces los niños vuelven al pueblo con sus familias y a veces no. Lo que está claro es que es una historia ideal para llevarla a escena en formato de musical infantil por sus grandes dosis de aventura e imaginación. Esta versión de El Flautista de Hamelin está amparada por la compañía de Nacho Vilar.