Los londinenses Hot Chip son música sin complejos, es electrónica y es pop, pero no es electro-pop. Su lema es romper moldes. Son diferentes de la mayoría de las bandas de directo de música electrónica, ya que no usan backing tracks u ordenadores. Y también son diferentes de la mayoría de los grupos de pop rock, ya que usan una caja de ritmos y 4 teclados. Sin prodigarse mucho por los estudios, presentan ahora un séptimo trabajo titulado A Bath Full of Ecstasy, con el que quieren quieren descongestionar un poco la burbuja ‘malrollista’ de los tiempos que vivimos, aunque, eso sí, sin que sus letras se dejen caer en la insulsez. Tampoco sus melodías: aunque son instantáneas, jamás serán facilonas. Ni su directo: bien engrasados tras actuar ante audiencias gigantescas como la de Glastonbury a horas intempestivas, en una sala y sin hora son capaces de todo.
En 1995 el guitarrista Steve Show decidió formar The Detroit Cobras junto a Maribel Restrepo (guitarra), Jeff Meyer (bajo), Damián Lang (batería) y la ex bailarina exótica Rachel Nagy al micrófono. En poco tiempo se convirtieron en una de las bandas de versiones más originales del panorama musical. Publicaron su primer disco en 1998, ‘Mink Rat or Rabbit’, al que siguió ‘Life love and leaving’. Ahora regresan con ‘Baby’, en el que sólo sobreviven Restrepo y Nagy y en el que cuentan con Eddie Harsch (bajo) y Greg Cartwright (guitarra).