¡Qué pensarían hace varios siglos los habitantes del Planeta Tierra cuando comprobasen los avances que tiene a su disposición la población mundial a día de hoy! Todos los ámbitos de la vida han progresado sosteniblemente. Han ayudado a mejorar los quehaceres y las actividades diarias de millones de personas.
Los medios de transporte han contemplado una evolución en los últimos cien años fuera de toda duda. A mediados de siglo pasado era impensable la cantidad de vuelos que se producen a día de hoy, o los miles de millones de coches que hay por las carreteras de todo el planeta diariamente. Pero no solo la cantidad ha cambiado, sino que también todas las características de estos instrumentos de transporte, en los que prima la rapidez en los desplazamientos.
Clásicos de la literatura como ‘La Vuelta al Mundo en 80 días’ de Julio Verne han visto cómo sus previsiones en cuanto a tiempos en el transporte han quedado en cosa del pasado, pudiendo realizar el trayecto marcado en su obra maestra el autor francés en tan solo 80 horas, según apunta con todo lujo de detalles el casino online Betway.
El avión es por todos conocidos el medio de transporte más célere. A través del aire, se estima que en 3,3 días se podrá hacer la vuelta al mundo propuesta por Julio Verne, con pequeñas variaciones debidas a las escalas que habría que llevar a cabo. Dejando atrás los 80 días del autor francés, se presupone que la duración sería de 80 horas en realizar los 44720 kilómetros de la ruta con origen y destino en la capital británica.
Aunque parezca mentira, y pese a lo que pudiera pensarse, con otros medios de transporte también el trayecto de la vuelta al mundo bajaría de los 80 días estimados por Julio Verne en su novela. El barco, sería el medio de transporte más lento para realizar un viaje de esta magnitud, pero cumplimentaría el trayecto en 72 días, más de una semana antes en realizar los 45726 kilómetros que suponen todo el recorrido por vía marítima.
La vuelta al mundo propuesta por Julio Verne se ha modernizado, haciendo que los 80 días se transformen en 80 horas para realizar ese trayecto, por arte de magia, y gracias a los avances comunicativos de nuestra era.